Tarde de despedida

Te fuiste hoy, un día soleado de octubre, perfecto para dar rienda suelta al caballo y el capote.
Tarde de banderillas, decidiste no acudir al encuentro, Ángel, el renombrado "bache" de aquél barrio bilbaíno que ahora llaman Rekalde.
Tenías que ser torero, pues taurina era la sangre que heredaste: ganadería de lidia, carnicerías en Jaraíz, y emigrantes de una guerra. Dejar la tierra querida y encontrar un hogar en el norte, no fue ni fácil ni hermoso.
Un ictus te arrancó la vida: Otxarkoaga, tu amiga, Górliz y un hogar en la residencia. ¡Qué gusto sentir el campo y la arena, qué placer caminar por sus calles y acabar en el albero! Pero el dinero contado en la cartera; adiós a los días de fiesta; ya la vida se ocupó de dejarte un lugar en la acera.
Una llamada de ama; un mensaje de Encarni; claramente era el día.
Mediada la siesta, llamé preguntando por ti. Ni funeral ni duelo, ¿fue cosa tuya?
Hoy, en Orduña, a las 5pm te esperaba tu cuadrilla soñada. Hoy no quisiste calzar las zapatillas ni la montera.
Agur mi buen Ángel. Descansa contento. Más de una mujer llora tu pérdida. Da un beso a mis abuelos queridos en el cielo.

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