Caminando junto al monstruo fiero

El brujo sobrevuela el escenario. Un Hamlet interviene. El espíritu de Shakespeare envuelve la sala.
El monstruo inicia su interpretación a golpe de tambor y bajo el vibrar de la cuerda.
Julieta, divinidad, llena el atrio. Los fotones se agolpan en su carrera por alcanzar la oscuridad.
La luz engendradora del universo. No hay vacío.
Los místicos portan la tea: Teresa, Juan, y un Cervantes transmutado en el viajar del Quijote.
El actor se muestra; los espacios vacíos, el calor del aplauso; saltar de obra en obra, juglar de sí mismo.
Los textos se reabren, el futuro se confunde con el pasado, la realidad viaja girando. 
La flecha del reloj vuela a lo no dicho, lo velado, los futuros perdidos, el pasado preñado.
No hay nada a lo que aferrarse porque nada es esencial; sólo esencia la verdad, voz apagada de un sepulcro en flor.
Y el monstruo completa su obra. El teatro emerge de lo oculto; la escena, altar del Espíritu, es revelada.
Julieta deja suelto su cabello a la espera de la primera alondra y exclama: "¡Vivid sin miedo!".

Trazos del cuadro mientras Rafael Álvarez despliega "El viaje del monstruo fiero".
Teatro de Barakaldo, 5 de noviembre de 2023. 

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