"De las virtudes", Hans Jonas

"El ciudadano virtuoso desarrollará sus mejores capacidades (para lo cual se requiere la libertad) y estará dispuesto a ponerlas al servicio del Estado siempre que sea necesario, pero también a disfrutar de su posesión y ejercicio per se para su propio perfeccionamiento. Así, la política se verávcontinuamente beneficiada, sin haber de usurpar para ello a la felicidad personal el lugar quevle corresponde. Todas las virtudes (formas de excelencia personal) presentan este doble aspecto. El valor pone a disposición del Estado los defensores contra los enemigos exteriores; la ambición, los aspirantes a los más altos cargos; la prudencia los aparta de las aventuras temerarias; la mesura refrena la codicia que podía impulsarlos a aquéllas; la sabiduría dirige la mirada hacia bienes cuya posesión no es privativa de unos pocos y que, por tanto, no podrían ser objeto de disputa (algo que la idea de una «única religión verdadera» cambió radicalmente); la justicia, que «da a cada uno lo suyo», evita o atenúa los sentimientos de lo inicuo, que podrían conducir a la indignación y a la guerra civil. La justicia es una de las primeras condiciones de la duración del Estado, pero en ningún caso se hará temblar todo el edificio en aras de la justicia absoluta. La justicia es una virtud, es decir, una forma de conducta, y no un ideal del orden objetivo de las circunstancias."

JONAS, H. El principio de responsabilidad. Trad. Javier M.ª Fernández Retenaga. Barcelona: Herder, 2014 (ed. digital), p. 179. 

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