Han (III) - Pedagogía para la innovación

Recuerda Han en su Pedagogía del mirar (p.24) las tareas básicas por las que Nietzsche identificaba la necesidad de educadores: "aprender a mirar, aprender a pensar, y a hablar y escribir".

La hiperactividad como camino a una esclavitud donde amo y siervo son uno y el mismo. Un retorno a un estado de salvajismo, regido por los instintos, respondiendo a impulsos, sin demora, sin soberanía, sin razón. Pérdida del tiempo del pensar, pérdida de la contemplación, hundimiento en lo primitivo previo al ser. Final del logos, desaparición del lenguaje. ¿Dónde reside el ser en la hiperconectividad?

Detenerse, parar, contemplar la calma, dejar que esencie, permitir al claro su apertura... Serenidad, ejercicio de soberanía. Nada de esto acontece en la hiperactividad. Sin lugar al claro nada nuevo puede suceder. ¿Cómo es posible la innovación sin crear el tiempo del evento?

Traer a la luz requiere de un en medio, un mientras, el espacio entre dos acciones, el reposo. Así, una mirada profunda vuelve los ojos hacia el interior. Así, el pensamiento encuentra los nexos ocultos, las imágenes veladas. Así, se abre camino lo nuevo en busca de las palabras que lo cautiven. Y en el diálogo se da la donación.

Y cierra el capítulo: "La hiperactividad es, paradójicamente, una forma en extremo pasiva de actividad que ya no permite ninguna acción libre." (p. 27)

Así, se hace el giro y la vita activa se torna pasividad absoluta, mientras que la vita contemplativa muestra la máxima actividad. La primera repite lo que es en la presencia. No pone nada. La segunda trae el acontecer, abre el tiempo, engendra lo nuevo. Crea.

Sorprendentemente, innovar requiere cruzar el puente de un No.

HAN, B-C. La sociedad del cansancio. Trad. Arantzazu Saratxaga Arregi. Alberto Ciria. Barcelona: Herder, 2017.

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