Han (II) - Interpretando "La agonía del Eros" - pensamientos
Se sumerge Han en la sexualidad y la pornografía para retratar la
desnuda positividad de la sociedad transparente. En su recorrido
alcanza la teoría y el espíritu siguiendo el aleteo de Eros. Así,
Amor se torna razón del pensamiento. Transformador, sólo él
transita los caminos no decibles, atópicos. Por ello, en lo
exhibido, abierto, expuesto consumible, no hay Eros.
¿Amor y
digital? ¿Cuál es su Eros? -nos preguntamos, deseosos de comprender
lo que esta transformación alberga. Porque la virtualización
confiere al ente un carácter fantasmático. Lo ente es privado de
substancia -¿luego es?- en perfiles idealizados (eidos)
carentes de frontera (ilimitados). Así, la totalidad (imposible) se
visibiliza a golpe de zoom.
Han apunta a una nueva ciencia
carente de teoría, o poseedora de una noción débil de teoría.
Ante ella levanta la teoría fuerte, sin rémora de romanticismo,
aferrado a un Platón (Sócrates) amante, seductor y amado. Amor
carece de cómputo y el pensamiento no es calculado. La teoría
antecede la avalancha de datos y es una tea que ilumina. La
información se dispone -danza- alrededor de su luz.
La teoría
conforma, establece el límite. "En cambio, la masa actual de
información ejerce un efecto deformativo." (p. 39). La
transparencia aporta entropía. El ruido (ensordecedor) impide el
callado pensamiento. El espíritu no halla el lugar del silencio.
Así, nada puede acontecer y el mundo (Espíritu) perece. En el
comienzo -señala Han- Eros y Logos permanecían enlazados (p.
40).
HAN, B-C. La agonía del Eros. Trad. Raúl
Gabás. Barcelona: Herder Editorial, 2014.
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