Soledades
Echar de menos. Ansiedad
no saber. Preguntar,
¿dónde están?, ¿por qué no llaman?
"Acaso debes ser tú quien lo haga".
Dar un paso, el primero,
exigencia del amor. Que es entrega, no egoísmo.
Que es renuncia, sacrificio:
un dar sin esperanza
de retorno.
Mirar el correo, mirar el teléfono,
y sentir el vacío.
"Soy yo", me digo. "Es mi forma de ser".
No saben qué decir: entre virales
y tonterías de toda índole
Mejor es no enviar una línea, una palabra.
Verbalizar es desear.
¡Qué compromiso!
Victoria es excepción. ¡Curiosa distancia!
Veinticinco años me aproximan.
Ya lo decía mi querida Lola: "¡eres un viejo prematuro!".
Por ello los mejores amigos ya han muerto.
Y los que quedan no encuentran, no saben
expresar; quizá la anestesia nos vuelve insensibles.
Como recién nacidos, balbuceantes,
incapaces, almas carentes de molde.
Eres tiempo,
sembrador de soledades y ocasos.
Recoges silencios, distancias y muerte.
"¿Cuántas veces he muerto ya?", me pregunto.
Amor exige morir cada día.
Es justo precio.
Sigue en tu nave Argos, Marco.
No importa si no hay puerto.
Sólo el mar y el viento.
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