Loli, Iñaki y el mar

Ha pasado mucho tiempo y con él, han venido y marchado personas y cosas.
Tiempo es un mar que golpea y - a la vez - moldea.
Las vidas que compartimos son guijarros esparcidos por la costa.

Cuando uno de nosotros se va el resto siente la pérdida y sigue.
Cuando dos o más se juntan forman un frente común ante Tiempo.
Así, las vicisitudes se abordan en común;
la vida se torna más sencilla, más simple;
cada amanecer y cada anochecer cobra un sentido en la playa de Tiempo.

Poco a poco nos hacemos arena y - con Tiempo - somos Uno ante el mar.
En esa unidad diversa reside nuestra fuerza.
Ayer celebramos un encuentro de dos personas que siguen juntas.
Es extraño y maravilloso. El agua no ha hecho mella y, si lo hizo, fue para unirles.
Ander es su fruto.
Son familia - como diría la buena Lola - y hacen familia en torno a sí.

Poco a poco se va conformando el futuro que compartimos; en breve serán treinta, cuarenta, y muchos más.

Sólo anhelo ser concha, cubo y pala, para recoger pedazos del mar y compartirlo con ellos.
Una ola más, sólo eso.


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