A tí, mi ciudad
Y sentir, sirena varada, suspiros de auxilio, enamorada. Treinta y cinco y pensar Bilbao, inmensa. De palomas y colores: azul, negro y blanco. Atavíos de festividad, alegría desbordada, en calles plenas.
Y esperar, el momento, el instante de divinidad, anhelando el sálobre mar, embriagada de blancor, sueñas bella.
Pasear por tus calles, sentir tus Habaneras, de vieja Bilbao puerto de encuentros. Ríes y desembocas en Arenal del bullicio: Tintigorri, Pinpilipauxa, Hortzak... plenitud de Mari Jaia. Cruzar paso a paso, del Perro a Andramari, Plaza Nueva y Esperanza. "No pasan los años", grato regala Andoni, "por ti, que esperas", en la dulce sombra del Culmen, donde no aguarda más cielo y se detiene el momento, Bilbao soñada. "Cuatro tejas en el tejado", rezas.
Y esperar, el momento, el instante de divinidad, anhelando el sálobre mar, embriagada de blancor, sueñas bella.
Pasear por tus calles, sentir tus Habaneras, de vieja Bilbao puerto de encuentros. Ríes y desembocas en Arenal del bullicio: Tintigorri, Pinpilipauxa, Hortzak... plenitud de Mari Jaia. Cruzar paso a paso, del Perro a Andramari, Plaza Nueva y Esperanza. "No pasan los años", grato regala Andoni, "por ti, que esperas", en la dulce sombra del Culmen, donde no aguarda más cielo y se detiene el momento, Bilbao soñada. "Cuatro tejas en el tejado", rezas.
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