Constructores de tiempo
Pensar el tiempo, ser el tiempo. ¿Dónde está el tiempo? ¿Qué
presencia tiene? No hay un tiempo presente
porque tiempo carece de tal. Tiempo hay o no hay. Estar a tiempo. Llegar al
momento. Haber de tiempo. Posesión. Si hay tiempo es posibilidad de sucesos,
esperanza de acontecimientos, oportunidad de intervención. El ente hombre
encuentra lugar en tiempo para sus proyectos. Estar sin tiempo, llegar fuera de
tiempo, movimiento de un ahora a otro vacío de tiempo. Si no hay tiempo todo ha
acontecido, nada se puede hacer, el tiempo arrastra consigo cualquier
esperanza. El ente hombre solo puede aguardar a lo sucedido. Tiempo de espera y
tiempo de acción. El hombre carece del tiempo infinito, pero posee el don de
crear tiempo. Cada proyecto humano es una ventana de tiempo futuro. Cada
proyecto esencia en la distancia y su obra se aproxima al presente. El hombre
puede desear carecer de tiempo. Simplemente aguardar, angustiado o calmado,
dejar que acontezcan sucesos no proyectados, imprevistos; dejarse arrastrar por
las corrientes de tiempos de otros, de otros tiempos. Hacer tiempo, un espaciar
por delante, un escenario para los eventos. Ganar tiempo, sembrar espacios
adyacentes, abrir nuevas oportunidades, esquivar el golpe de lo acontecido,
posibilidad de nuevos futuros. El futuro acontecido no es un absoluto. El mundo
puede muy bien haber terminado y no ser conscientes de ello. En cada deseo y
anhelo humano se encuentra una vía de tiempo nueva, otra corriente que esencia.
Deshacer tiempo, abandonar las proyecciones, dejarse llevar, caer en el olvido
de las posibilidades futuras, decadencia de un pueblo. Mirar solo atrás, beber
de las fuentes pasadas. Alimentar el presente de lo sido y cerrado, lectura
absolutista, totalitaria, monologuista, unidimensional, un así fue interesado, seguro de ser la mejor forma de perpetuar un status quo. Las estructuras de poder
encuentran sus raíces en tiempo. Perder
tiempo, dejar que se cierren los espacios creados, mirar a otra parte ante las
posibilidades, marchitar los futuros posibles, no actuar, omitir su avance y materialización
presente, diluir su esencialidad, secar las fuentes. Encontrar tiempo,
interpretar los pasados, abrir sus lecturas, hallar sus futuros posibles,
proyectar desde lo sido las posibilidades iniciales, espaciar de nuevo los
tiempos, abrir lugar a nuevas proyecciones. No dar nada por completado. Dejar
al ente humano abrigar nuevas esperanzas. Crear mundo, rechazar lo epigónico,
vencer el abismo del final, saltar adelante, a los nuevos espacios, avanzar sus
posibilidades, elegir sin descartar, permanecer alertas a nuevos futuros,
interpretar los acontecimientos, rescatar los estratos, cimentar nuevamente,
esparcir nuevos tiempos. La vida, el tiempo de vida, de cada Dasein se agosta.
Su tiempo encuentra su momento de fin, sus proyecciones construyen espacios
nuevos, el tiempo creado busca su dueño, los acontecimientos desean abrazar a
quien los elabora, mas éste no está para sentir su presencia. En el tejido de
tiempos creados, en la tupida malla de las oportunidades, en las construcciones
realizadas en los espacios futuros, anida el deseo colectivo, el legado
generacional, el paso de testigo. Tiempo es el regalo de los hombres a los
venideros. La devastación de la Tierra es una posibilidad que no ha de hallar
su lugar. Si sucediera se agotaría el tiempo, morirían los pasados y los
futuros, nada admiraría la obra presente y se ocultaría la luz del ser. Las
tinieblas de esa posibilidad deben ser disipadas. Constructores de tiempos
nuevos.
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