En la estación de Tiempo

¿Tener el tiempo? Es una flor donada que se deshace en las manos. Tiempo es la rosa del mercado dominical. Pensar el tiempo. Un círculo, un avanzar hasta completar un giro, desarrollo y decadencia en abrazo, tiempo que habita y abandona los seres vivos. Pensar el tiempo. Momento para la demora y momento para la acción, expectativa y añoranza, ingravidad del presente, estado intermedio, en espera y en lamento. Tener el tiempo. Detener el movimiento. Quietud eterna, espacio del tiempo retenido, un no-tiempo. Facetas, memorias, cuadros y obras de arte, huellas de tiempo, rastros, porque tiempo no está, no permanece, pasa en cada instante y desvanece. Perder tiempo, un consumirse, no malgastar, solo un deshacer, un goteo con cuenta atrás, vacío del espacio de cada cual. Tiempo es la materia que contiene el espacio. Tiempo son sus fronteras y conflictos. Tiempo es arcilla de la posibilidad. Tiempo es arena y agua, piedra y tierra, aire y mar. Tiempo es esencia, fundamento, arquitectura, vasija y contenido de lo existente. Pensar el tiempo, pensar un tiempo... pensar es tiempo. El recogimiento y la meditación inaugura otro espacio, tiempo. Un abrir ventanas y puertas, un desplazar, otra esfera de tiempo, otra materialidad, nuevas oportunidades. Tiempo dura solo para los hombres, espacio de una estación, una otra, en espera. Tiempo lo tienen los dioses. Los hombres sufren el tiempo. El mundo no tiene tiempo.


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