Tiempo y muerte

Los días transcurren centrados en las ocupaciones.
De labor llena el tiempo aparente.
Tiempo que no es tal, sólo presente.
Tiempo esencia escasamente.
Ruptura, brecha, resquebrajada cotidianidad.
"¿Qué será de mi mañana?", autoengaño ignorante,
castración del pensamiento, canto de cisne del yoísmo,
acentuada posesión, no el mañana.
En el espacio sin tiempo el ente hombre subjetivo busca su constante estancia.
Tiempo es un temblor que remueve los cimientos.
De la angustia y del miedo sólo la huida, no un girarse.
Silenciamiento del mortal tabú, ineludible.
Cuerpos como ropajes en el armario de la vida.
Vida sin su muerte, suspira el ego inmanente autotrascendido.
Fábricas de tiempo, esperanza del hombre metafísico, perdurar.
Cada mañana se sigue de su trabajo, sus encuentros y su noche.
Pero el tiempo no es realmente este.
Tiempo no es este nunc-stans.
Su presencia es sísmica.
Cuando tiempo acontece sólo cabe la decisión y la espera.

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