Onto-tecno-logía
La técnica ha encontrado su camino para el acceso al ser. Técnica y ser se encuentran, acceden a su propia Ereignis. El hombre desplazado, desaparece. Nuevo tótem, ¿encontrará su camino para sobrevivirnos? En la técnica el ser se solidifica, ontificación máxima. Pero lo virtual... ¿no es acaso un algo que busca su proyección fuera de la infraestructura? La estructura de la técnica toma forma antropomórfica, de logos neuronal, y terminaciones nerviosas: redes que se conectan, nodos centrales y periféricos, sensórica y analítica, flujos de datos que se concentran, amasan, distribuyen. Alimento de un sistema que se engulle a sí mismo, ¡y crece!. Pero, ¿qué piensa?¿cuál es el ser del pensar en la técnica? En la técnica anida un autoretrato de carácter totalitario, verdad matematizada, oscilación de pulsos a golpe de 0100100101... sin término medio, sin escalas, sin curvas; sólo aristas afiladas, crestas pronunciadas y valles muertos. Y lo humano de la técnica, el infinito inmensurable del mundo, la recreación, la opción por lo inseguro, por lo débil, por la inerte, la opción contra el interés, lo in-calculable, lo más humano, se desvanece. Bajo el velo no hay nada, sólo materia anhelante de ser.
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