Im-presiones del camino (II)
Autocombustión de la turba, incontrolable. Incendio oculto y oscuro, a un metro bajo los pies del hombre, desconsolada metáfora del mundo desolado de la muerte del dios, de la ilustración nihilista, de la avara violencia del presente continuo. Sólo silencio que avanza, nada silenciosa que consume tierra quemada.
Guadiana muerte y resurrección, piadosas lágrimas del dios que contempla. Guadiana joven y risueño de canto y fecundidad. Eneas emergen en sus tablas, alegre fiesta, tiempo nuevo.
Júcar rompe la tierra en hoces y quebradas, dulce divinidad que inunda la serranía. Evocación del filósofo, naturaleza que bautiza, tres veces la roca herida hasta el lugar de la espera. Imperio rompe su voz cuando sólo llanto le llena. En su Castillo, en sus cuestas, de casas arrojadas, en descenso, una ciudad vacía, de fe aparente, hambre de aquél que busca Arte en esta su no tierra. Sangrienta arena, emigrar es su destino, en los dos ríos cuatro elementos... que la esperanza albergan.
Guadiana muerte y resurrección, piadosas lágrimas del dios que contempla. Guadiana joven y risueño de canto y fecundidad. Eneas emergen en sus tablas, alegre fiesta, tiempo nuevo.
Júcar rompe la tierra en hoces y quebradas, dulce divinidad que inunda la serranía. Evocación del filósofo, naturaleza que bautiza, tres veces la roca herida hasta el lugar de la espera. Imperio rompe su voz cuando sólo llanto le llena. En su Castillo, en sus cuestas, de casas arrojadas, en descenso, una ciudad vacía, de fe aparente, hambre de aquél que busca Arte en esta su no tierra. Sangrienta arena, emigrar es su destino, en los dos ríos cuatro elementos... que la esperanza albergan.
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