Apuntando al tiempo del ser (IV)

Es necesaria una síntesis del recorrido. El hombre es tal porque accede a la presencia del ser. La presencia del ser se da en tiempo presente. El ser se abre para el hombre en el presente. El hombre aguarda al ser. El hombre deja ser al ser que se da en el tiempo presente. Es un advenimiento que hay que preparar desde el pensamiento. La pregunta por el ser tiene una respuesta ligada a la presencia que acontece en el tiempo, respuesta que se extiende a lo pasado y lo porvenir.
“Ciertamente al hombre le afecta y le atañe siempre el estar presente de un algo que está en cada caso presente, sin que él repare propiamente con ello en el estar presente mismo. Pero con harta frecuencia, que es tanto como decir siempre, nos atañe también el estar ausente. En primer lugar por lo que respecta a muchas cosas que ya no están presentes de la manera que sabemos del estar presente en el sentido del presente. Y, sin embargo, también este ya-no-presente está inmediatamente presente en su estar ausente, a saber, según el modo del pasado que nos atañe. Éste no se desvanece como lo meramente consumido de lo que antes fue ahora. Lo pasado está más bien presente, pero a su propia manera. En el pasado se extiende el estar presente” [1].
“Pero el estar ausente nos atañe en el sentido de lo todavía no presente según el modo de estar presente en el sentido del ad-venir-nos. El discurso del ad-venir-nos ha llegado a convertirse en un tópico. Así se oye decir: «El futuro ha comenzado ya», lo cual no es el caso, porque el futuro nunca jamás comienza, en la medida en que el estar ausente como el estar presente de lo todavía-no-presente nos atañe siempre ya de alguna manera, es decir, está presente tan inmediatamente como el pasado. En el por-venir, en el ad-venir-nos se extiende el estar presente” [2].
La primacía de la presencia se extiende al pasado y al futuro. Así, el habitar del hombre es temporal en un sentido ex-tático. En el hombre converge de forma sincrónica las tres dimensiones temporales. Estamos en el anillo donde el instante del choque entre pasado y futuro es sólo un rasgo presente del ser que se da en cada momento en la presencia. Por ello en todo momento de la historia pasada y futura la búsqueda del ser permanece como pregunta abierta. Pero, ¿qué búsqueda si el ser se da? Basta con aguardar expectantes en todo tiempo.




[1] HEIDEGGER, M. Tiempo y ser, Madrid: Tecnos, 1999, pp. 32-33.
[2] HEIDEGGER, M. Tiempo y ser, pp. 32-33.

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