El hombre y la negación - un capitalismo nuevo

Empecemos por el final: hay que desposeer a las empresas y a los estados de su principal valor; el talento, la creatividad, el capital humano. Esta desposesión es necesaria si queremos invertir los términos de la relación institución - persona para convertirla en persona - institución. El camino para desposeer a las empresas de su principal activo pasa por la expresión de la negación; basta decir "no" para que todo se pare; insistir en el "no" lleva a una transmutación de la relación. Decir "no" es la postura adecuada para asumir nuestra responsabilidad. ¿Cómo sería el mundo si cada persona es estado de sí, cada persona empresa de sí? Estaríamos en la utopía anarquista. Sería insostenible. Es necesario encontrar un término medio donde el interés (que es siempre humano, tenga la estructura que tenga) encuentre satisfacción y donde los hombres encuentren libertad para educar, crear, elegir, cambiar y transformar, con unas perspectivas de futuro razonables, en un planeta sostenible. Ahora, ¿existe ese término medio? La globalización está haciendo que el centro, el equilibrio, se tambalee. Ya no es el hombre. Es el mercado el que ha ocupado el centro. Para que el capitalismo sea un humanismo hay que poner al hombre el en centro. Y para ello hay que desposeer a las empresas y estados de su capital humano. Nos toca ser responsables con nuestro momento: digamos "no".

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