Heidegger (III) - Las fuentes de Yorck y Dilthey

“Pero el conocimiento de la historia es en buena parte conocimiento de las fuentes ocultas” (p. 109). “Pasa con la historia que lo espectacular, lo que salta a la vista, no es lo principal. Los nervios son invisibles; como también es invisible lo esencial en general. Y así como se dice: ‘Si estuvieseis quietos seríais fuertes’, es igualmente verdadera la variante: si estáis quietos, escucharéis, es decir, comprenderéis” (p. 26). “Y entonces disfruto el tranquilo soliloquio y la frecuentación con el espíritu de la historia. Él no se le apareció a Fausto en su celda, ni tampoco al maestro Goethe. No lo habrían esquivado temerosos, por grave y conmovedora que hubiera sido la aparición. Pero ella es fraterna y afín envun sentido distinto y más profundo que el sentido en que lo son los habitantes del campo y la floresta. El esfuerzo se parece a la lucha de Jacob: para el luchador mismo,una ganancia segura. Ahora bien, es esto lo que en primer lugar importa” (p.133).
“Pero usted conoce mi predilección por lo paradójico, predilección que justifico por el hecho de que lo paradójico es un signo distintivo de la verdad, y que con toda certeza la communis opinio jamás está en la verdad, como que es el precipitado elemental de una comprensión a medias generalizante, que, en relación
a la verdad, es como el vapor sulfuroso que el rayo deja tras de sí. La verdad no es jamás un elemento. Sería función pedagógica del Estado disolver las opiniones públicas elementales y posibilitar al máximo, mediante la educación, la individualidad del ver y del observar. Entonces, en vez de la llamada conciencia pública —en vez de esa radical exteriorización de la conciencia moral— volverían a imperar las conciencias individuales, es decir, la conciencia a secas” (p. 249 s.).
SER Y TIEMPO. Martin Heidegger (1927). Traducción, prólogo y notas de Jorge Eduardo Rivera. Edición electrónica de www.philosophia.cl / Escuela de Filosofía Universidad ARCIS.
§ 77. Conexión de la precedente exposición del problema de la historicidad con las investigaciones de W. Dilthey y las ideas del Conde Yorck. 
Cf. Briefwechsel zwischen Wilhelm Dilthey und dem Grafen Paul Yorck von Wartenburg 1877‐1897, Halle a.d.S. 1923.



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