Heidegger (II) - Acerca de la comunicación


Sigo sin entender a Heidegger. Creo que ha desarrollado su filosofía desde una visión que no acierto a percibir. Su Dasein y su ser es estar-en-el-mundo no son fácilmente aprehensibles. Y sin embargo no puedo dejar de admirar la brillantez de sus argumentos. Su exposición en relación al discurso y el lenguaje y su traslación a los mass media me lleva a pensar por dónde habría circulado su pensamiento de haber conocido Internet y las redes sociales. Cierto que en 1927 existían medios como el telégrafo, la radio. la prensa escrita; es decir, existía una incipiente sociedad de la información, la publicidad (el mensaje) se habría camino, el mundo parecía llevar un camino de progreso y bienestar (a pesar de todo lo acaecido posteriormente). Asombra ver cómo el autor describe "el ser cotidiano del ahí" desde la comunicación:

"El escuchar y el comprender quedan de antemano fijos en lo hablado en cuanto tal. La comunicación no hace “compartir” la primaria relación de ser con el ente del que se habla, sino que todo el convivir se mueve en el hablar de los unos con los otros y en la preocupación por lo hablado. Lo que le interesa es que se hable. El haber sido dicho, el dictum, la expresión, garantiza la autenticidad del habla y de su comprensión, así como su conformidad con las cosas. Y, puesto que el hablar ha perdido o no ha alcanzado nunca la primaria relación de ser con el ente del que se habla, no se comunica en la forma de la apropiación originaria de este ente sino por la vía de una difusión y repetición de lo dicho. Lo hablado en cuanto tal alcanza círculos cada vez más amplios y cobra un carácter autoritativo. La cosa es así, porque se la dice. La habladuría se constituye en esa repetición y difusión, por cuyo medio la inicial falta de arraigo se acrecienta hasta una total carencia de fundamento. Y, además, la habladuría no se limita a la repetición oral, sino que se propaga en forma escrita como “escribiduría”. El hablar repetidor no se funda aquí tan sólo en un oír decir. Se alimenta también de lo leído a la ligera. La comprensión media del lector no podrá discernir jamás entre lo que ha sido conquistado y alcanzado originariamente y lo meramente repetido. Más aun: la comprensión media no querrá siquiera hacer semejante distinción ni tendrá necesidad de ella, puesto que ya lo ha comprendido todo. La carencia de fundamento de la habladuría no le impide a ésta el acceso a lo público, sino que lo favorece. La habladuría es la posibilidad de comprenderlo todo sin apropiarse previamente de la cosa. La habladuría protege de antemano del peligro de fracasar en semejante apropiación. La habladuría, que está al alcance de cualquiera, no sólo exime de la tarea de una comprensión auténtica, sino que desarrolla una comprensibilidad indiferente, a la que ya nada está cerrado."
"SER Y TIEMPO", Martin Heidegger (1927). 

¿Quién no siente hoy en día la actualidad de estas palabras? No existe un acuerdo a la hora de definir nuestro tiempo como sociedad de la información o sociedad del conocimiento pero de lo que no hay duda es de la preeminencia de los medios de comunicación en la misma. Entonces, ¿no es cierto que los mensajes se repiten hasta la saciedad sin prestar atención al factum objetivo?, ¿acaso no hay una especie de verdad "aceptable" por el mero hecho de difundirse en los medios?, ¿y qué decir de los mensajes a golpe de clic sin contraste previo? Quizá la verdad está perdiendo día a día terreno frente a la propaganda. Por tanto, ni sociedad de la información ni del conocimiento; sí, quizá, de la confusión; y en el peor escenario, de la manipulación. No está la verdad en la repetición del mensaje, no.

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