Marx (IV) - El trabajo enajenado

Es este un buen momento para reflexionar en el significado de trabajar por cuenta ajena. Algunas personas se sentirán cómodas acudiendo cada día a su trabajo; otras se sentirán más incómodas acudiendo cada día al trabajo; otras - simplemente - carecerán de un lugar donde desarrollar el trabajo. Sin embargo, unos y otros tienen un elemento en común: no se desarrollan con su trabajo puesto que éste no les pertenece. Esto es lo que viene a significar en breve y trasladado al presente el célebre texto de Karl Marx:
"¿En qué consiste, entonces, la enajenación del trabajo? Primeramente en que el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su carácter extraño se evidencia claramente en el hecho de que tan pronto como no existe una coacción física o de cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste. El trabajo externo, el trabajo en que el hombre se enajena, es un trabajo de autosacrificio, de ascetismo. En último término, para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que éste no es suyo, sino de otro, que no le pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a sí mismo, sino a otro. (...) Pertenece a otro, es la pérdida de sí mismo."
 Manuscritos Económicos y filosóficos, Karl Marx.

Entonces, ¿no estará la clave en aprehender el trabajo como propio?; esto es, ¿no será el camino hablar de creación en lugar de trabajo? Pienso que el artista se enajena en su obra; deja de pertenecerle; el vacío que se deriva de su creación - sin embargo - es fuente de felicidad. Quizá hay que hacer de nuestro trabajo una expresión artística.

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