El Camino (II) - La mujer y el hombre nuevos

No es fácil definir en unas pocas líneas las dimensiones que debe reunir la mujer y el hombre para un salto evolutivo. Quizá su mejor paradigma fuera una combinación del científico, con el atleta, con el poeta y el filósofo. Un animal nuevo, femenino y masculino, educado para el estudio, la disciplina, la determinación, la lucha, la ambición, la perseverancia, el sacrificio, la soledad, el sufrimiento, la alegría, las penalidades, la generosidad, la inteligencia, creatividad, la aspiración a la gloria... Cabría plantearse si en ese nuevo animal humano, en esa mujer y hombres nuevos, debería existir espacio para la compasión, el amor, la fragilidad, la belleza, la caridad, el altruismo, ... Algunos autores consideran estos ámbitos como debilidades en el ser humano. Pienso que no, que son tan necesarios como los elementos de fuerza; un desequilibrio en las potencias del nuevo hombre y la nueva mujer le conduciría inexorablemente a su propia extinción. El plano mental que conduce a un atleta a lo alto del podio es el plano sobre el que empieza a construir la nueva mujer y el nuevo hombre su mundo. El plano mental que conduce a un poeta a expresar la belleza, la pasión, la pena, la alegría, el dolor, la naturaleza, es el mismo plano que conduce la experimentación de la nueva mujer y el nuevo hombre; es su forma de sentir la naturaleza. El plano mental que conduce a un hombre de fe, a un artista, a un religioso, a un científico, a un filósofo, a preguntarse por las causas primeras, las fuerzas de base, la verdad última, es el ingrediente que la mujer y el hombre nuevo utiliza para su trascendencia. Su psique debe ser tal que equilibre las más altas aspiraciones con el mayor conocimiento de las profundidades de su ser; mujeres y hombres, siempre ascendiendo pero sin vértigo para mirar atrás, para sondar en las aguas de su alma. Su conocimiento, sabiduría, suma y compendio del conocimiento de todas las mujeres y hombres que les precedieron. Su pose, la propia de alguien que arrastra miles de años de experiencia, mujeres y hombres fuera del tiempo porque ellos son la suma de todos los tiempos previos. Su estética, trascendente, atemporal. Su punto de partida, el vacío absoluto, la nada existencial. Hombres y mujeres antiguos, para un nuevo tiempo, que empieza de cero, para un salto evolutivo, para una sociedad nueva.

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