Coriolano

"Al principio, Marcio fue para los romanos un noble servidor; pero no pudo disfrutar con moderación de los honores que le tributaban, ya por su orgullo ya por falta de discernimiento y habilidad en sacar partido de los incidentes, de los cuales era el héroe, ya acaso porque su naturaleza le dotó de un carácter único, incapaz de deponer el casco del guerrero para sentarse en el sitial del legislador, queriendo tono análogo que en el de la guerra. Uno solo de esos defectos (y él los tiene todos, aunque en germen, debo hacerle esta justicia), uno sólo hubiese bastado para hacerle temer, odiar y desterrar. No carece de cualidades, pero las ahoga proclamándolas. Quien debe justipreciarlas es la opinión de nuestros semejantes. El genio que más conciencia tenga de sí mismo no tiene sepultura más segura que la cátedra desde la cual encarece sus propios actos. Un fuego apaga otro fuego, un clavo saca otro clavo, el derecho sucumbe bajo otro derecho, y la fuerza se aniquila aplastada por otra fuerza."

Coriolano. William Shakespeare - Teatro Selecto, Editorial Oriente. Buenos Aires, 1986.