Otro camino (I)

En 1932 Bertrand Russell plantea un escenario potencial en el que la sucesiva automatización de los procesos liberaran a la humanidad de una parte importante de las cargas de trabajo. Entendía que a medida que se incrementaban los mecanismos automáticos debían disminuir las horas de trabajo humano. Esto permitiría abrir espacios para un ocio que contribuiría a crear nuevos escenarios de riqueza, tanto por la opción del esparcimiento como por la dedicación a las artes y a las ciencias. El Sr. Russell anticipaba una era que tiene pocas opciones de llegar sobre la base del sistema capitalista desarrollado. Prima la riqueza individual frente al bienestar colectivo, prima la producción repetitiva y en múltiples formas de bienes y materias, a la producción medida y destinada a cubrir una necesidad. Es el propio sistema, el mismo que ha contribuido a una mayor riqueza en el mundo occidental, a unos mayores niveles de bienestar y esperanza de vida, incido, es el propio sistema el que está mostrando señales de agotamiento; y como tal, adopta sus formas más extremas. Debemos repensar si la finalidad de una sociedad libre, equitativa, justa, es una meta o no de nuestra especie; si lo es, debemos pensar otro camino.