Navidad

Ya llegaron Papá Noel, Santa Claus, el Olentzero y el Niño Dios. No sé ni cómo pudieron entrar tan cargados y a la vez en el ascensor. Otra Nochebuena sin misa del gallo, ni villancicos, ni sentimiento religioso o trascendente alguno. No tienen más sentido que la alegría de los niños y mayores cuando se levanta urgentes al árbol (¿y el Belén?) a buscar sus regalos. Ni siquiera ellos piensan que hay magia en la Navidad. No sé porqué seguimos con esta pantomima. La Navidad se refugia en los que entregan unas horas por amor a los demás. Todo lo demás es banalidad. Hay que hacerlas de otra forma y con otro sentido o no hacerlas.