Lecciones de la vieja Roma...

Siempre es conveniente acudir a los clásicos para encontrar consuelo y compañía. Más si cabe en tiempos donde abunda el ruido y las mentes lúcidas quedan apagadas en el torbellino de los mass media. Ya termino con Tito Livio pero sus libros XLIV-XLV y un momento especial de mi vida han venido a confluir. Sirvan estos párrafos para mi recuerdo y para ayuda del que tiene que tomar decisiones difíciles:
"El soldado debe preocuparse de estas tres cosas: mantener su cuerpo con la mayor fortaleza y agilidad; tener las armas a punto, y tener alimentos preparados para una orden repentina. En lo demás deben saber que los dioses inmortales y su general velan por él. En un ejército en el que los soldados deliberan y el general anda a merced de los rumores de la tropa no hay ninguna posibilidad de salvación. [...] igual que frecuentemente las nuevas invenciones humanas son consistentes de palabra pero se desvanecen sin el menor resultado cuando lo que se trata es de llevarlas a la práctica y  no de disertar acerca de su funcionamiento [...] Estáis viendo un ejemplo notable de lo mudable que son las cosas humanas. Os lo digo sobre todo a los jóvenes. Por eso, en la prosperidad no es conveniente adoptar medidas arrogantes o violentar contra nadie, ni fiarse de la fortuna del momento, puesto que no se está seguro de lo que traerá la tarde. Será realmente un hombre aquél cuyo ánimo no se infla con el soplo de la prosperidad ni se quebranta con la adversidad."
Estas palabras, en boca del cónsul Emilio Paulo por mediación de Tito Livio, en los momentos que precedieron y siguieron a la derrota de Perseo en Macedonia, tienen hoy, 2200 años después, la misma fuerza, sabiduría y actualidad. Es momento (siempre lo es) de mujeres y de hombres, que sepan hacer bien su trabajo, que no confíen en la fortuna ni en los rumores sino en sí mismos, que no se dejen cautivar por los cantos de sirena de un futuro posible sino que centren sus decisiones y acciones en la presente realidad.
Estos valores son los propios de nuestra especie y son los que la han engrandecido. Miremos un poco atrás para poder empujar hacia adelante.

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