De la nostalgia

Dice L. “es la nostalgia”.

Y tiene razón.

El tiempo que quedó atrás.

Golpea incesante en el presente.

Los amigos, las cuadrillas…

Cada fin de semana en Uretamendi.

Era una fiesta, una guerra, una competición.

Una montaña y un continuo amor.

Todo esto fue apagándose cuando crecimos.

El Instituto nos colocó en un camino.

La Universidad nos encerró.

Y la vida mostró la cárcel adecuada para cada perfil.

Ya ronda el medio siglo.

Y miro atrás.

Y recuerdo lo que fuimos.

Y lo que ha quedado.

“Es la nostalgia” dice L.

Cada vez quedan menos amigos.

Esta es la silenciosa labor del tiempo.

Herir profundo en las almas.

Cavar simas.

Distanciarlas.

Zambrano, María, consuela.

Ella sufrió de esto.



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