Extraños a este mundo

En realidad no sucede nada.
No hay acontecimiento, ni eventualidad.
Nada esencia, solo la nada.
Todo es un permanecer, bajo un guion prescrito.
En realidad añoranza.
Levantar la vista en la noche iluminada.
Sondear la vía Láctea, aguardar a una estrella nueva,
una luz antigua.
Un saberse aquí, sin salida.
Un desear recorrer el espacio exterior.
Viajar a las estrellas.
Contemplar con los humanos ojos la belleza.
El mundo es insuficiente.
La Tierra llama a sus hijos a volar.
Empezar el camino, abrir surcos nuevos.
Abrazar el Universo.
Lo que esencia es un agotamiento.
Y un renacer. Tomar las riendas a un destino.
Y volver y rememorar la cuna de todo.
En realidad esto no es sino un mero interludio.
La pausa que precede al gran momento.
Por ello el desolador silencio,
el negro cuadro, prisioneros de un tiempo
que no es el nuestro.
Antes soñábamos.
Si tan solo pudiera mirar mil años más allá...

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