Pensamientos robóticos

Máquinas fabrican máquinas que sirven a otras máquinas. Pensamiento furtivo en un encuentro empresarial.
Procesos productivos que encadenan otros procesos productivos. Plantas vacías de humanidad.
Plantas que reclaman recursos para generar producto consumido por máquinas que fabrican máquinas.
Mundo maquinal sin espacio para el hombre. Ni ética, ni arte, ni estética. En la Industria 4.0 el hombre desaparece y emerge una razón abstracta y pura, mecanicismo newtoniano, racionalismo cartesiano, sin Dios.
Pero, se dirá, "hace falta millones de ingenieros para...", ¿para qué? Basta con hacer máquinas que ingenien máquinas; la ingeniería es una aplicación de conceptos creados por hombres que encuentran una fundamentación en la naturaleza. Cuando las máquinas adquieran esa capacidad - tiempo, sólo tiempo -, ¿para qué hombres?
El proceso actual conduce a la nada del hombre; la especie está en peligro, y el proceso - y el riesgo máximo - se acelera en cada avance científico-técnico. No va a quedar espacio para el arte. No va a quedar nada que resista (Deleuze), nada duradero (¿qué tiempo hay en la máquina?; ¿acaso duran?). Pero "en el riesgo máximo surge la salvación", recuerda Martin Heidegger. Esos cuentos del Abendland acabarán por hacerse ciertos.
A la nada nada la para. Sólo la creación. Pero el hombre - creativo - está trabajando en la anti-creación, para la nada. Hace falta millones de poetas, porque la metafísica ya tiene su tren en lo aumentado - virtual y nublado - (qué obscuridad nos cubre; una realidad irreal y paralela, ultramundana; suprahumana) hacia la nada.
En la estación del arte puede encontrarse una luz y una parada, una marcha atrás por la vía recorrida. El maquinista eligió el camino equivocado: ¿cuándo nos daremos cuenta?

Comentarios

Entradas populares