Serpientes de verano y Utopía
Puede ser que El Correo o El País se estén temiendo una
caída importante de sus ventas con motivo del verano o puede ser que - en
verdad - estemos asistiendo a un escenario de preguerra en el oriente europeo y
en el mar de Indonesia. Sea como fuere, se suceden las noticias en ambos
diarios; un día es la escalada de tensión entre Japón y China con motivo de
unas islas artificiales en aguas internacionales; otro es el anuncio de
trasladar tropas y armamento pesado de la OTAN a las regiones europeas fronterizas
con Rusia; el siguiente es la respuesta rusa en forma de reforzar sus misiles
en las mismas zonas... Y a todo esto se le añaden las suspensiones temporales
de Schengen - ora por motivos de seguridad ora por insolidaridad (en el último
viaje empecé a sentir un vacío por carecer de pasaporte; blanco y de ojos
claros en un país centroeuropeo, vestido a la manera occidental, de
negocios...; si mi color de piel fuera otro, si mi aspecto hubiera sido otro,
¿qué habría sido de mi? porque en la "frontera" aeroportuaria nos
esperaba el control policial a pie de finger;
y así, y todo, te paran e identifican)-, la presión migratoria del sur y del
este (que son seres humanos y no migrantes; que llaman a la puerta del
bienestar en busca de futuro, huyendo de la pobreza y de la guerra; una gran
parte del mundo empezó a verse mísera en la segunda mitad del siglo XX...), el próximo acuerdo del
Tratado de Libre Comercio entre EE.UU. y la UE (¿se someterá a votación en los
parlamentos nacionales?¿se explicará y se consultará a la ciudadanía mediante
un referéndum?; quizá todo se resuelva entre bambalinas y en silencio, porque comerciar requiere discreción y acordar un precio; y esto es positivo, incluso necesario), y la
lamentable (trágica) situación creada con motivo de la deuda griega (que
algunos Estados han decidido poner a prueba de sus Parlamentos… esto sí, claro; nos va la cartera en ello). Pero mirar a Grecia requiere una perspectiva global: ¿qué pasaría si una o dos naciones BRIC decidieran encargarse de la deuda griega a cambio
- digamos - de una base naval y presencia militar permanente de uno o ambos
países en - por ejemplo - Creta? Si la UE se muestra solidaria (se dirá que ya
lo ha sido) - y se comporta como un Estado (esto no lo ha sido, todavía) -
puede evitarse un escenario semejante. Sólo llevamos quince años instalados en
el siglo XXI y todo se acelera. Se dirá que los objetivos del milenio se están
cumpliendo y que el mundo tiene menos pobreza y menos explotación infantil. Es
todo loable y debería hacerse mucho más pero esto requiere una adopción de un
modelo más solidario, más piadoso. El hombre blanco de Roma clama por ello. ¿Y
quién no? La obra del ser se ve amenazada por un rasgo hegemónico en la misma:
su expresión ilustrada en un maridaje entre derecho, propiedad y mercado, de
sesgo moral protestante, en crecimiento exponencial en su fusión
tecnocientífica. Serpientes de verano o un avispero, en un mundo cada vez más
complejo, cada vez más tensionado y cada vez más necesitado de respuestas
globales en los ámbitos social, económico, medioambiental y político. El sueño
ilustrado no guarda relación con este presente; no fue esto lo que soñaron. Hay que seguir soñando un mundo
mejor. Un nuevo Renacimiento, una nueva Ilustración, son cada vez más apremiantes.
¿Quién escribirá la nueva Utopía?
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